José Gregorio y Carmen Rendiles son santos

José Gregorio y Carmen Rendiles son santos

Dos figuras profundamente arraigadas en la identidad colectiva por su generosidad y compromiso con los necesitados en todas sus formas

El papa León XIV declaró santos a José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles. Los primeros venezolanos que alcanzan este reconocimiento en la historia. En una ceremonia en el Vaticano se oficializó el ascenso a los altares del médico de los pobres y de la fundadora de las Siervas de Jesús.

El papa León XIV canonizó siete beatos, entre los que se encuentran la hermana María del Monte Carmelo Rendiles Martínez y el doctor José Gregorio Hernández, los primeros venezolanos en ser elevados a los altares.

La plaza de San Pedro estuvo repleta de fieles. En la misa destacaron la labor de Hernández, Rendiles y los otros beatos que también pasaron a ser santos:

  • Ignacio Maloyan (obispo y mártir en el genocidio armenio).
  • Peter To Rot (laico catequista y mártir de Papúa Nueva Guinea).
  • Vincenza Maria Poloni (fundadora de las Hermanas de la Misericordia de Verona, Italia).
  • María Troncatti (Monja profesa de la Congregación de las Hijas de María Auxiliadora, Italia).
  • Bartolo Longo (laico italiano, sacerdote satánico convertido y fundador del Santuario de la Virgen del Rosario de Pompeya).

Los primeros santos venezolanos

Con la canonización de José Gregorio Hernández y la madre Carmen Rendiles, Venezuela actualiza símbolos profundamente arraigados en su identidad colectiva.

Aunque pertenecieron a contextos históricos distintos, ambos representan un modelo de entrega, sacrificio y servicio que trasciende lo religioso. En el imaginario popular son referentes de esperanza en medio de la adversidad.

Nacido en 1864 en Isnotú, estado Trujillo, José Gregorio Hernández dedicó su vida a la medicina y al prójimo. Su vocación de servicio hacia los más pobres lo convirtió en leyenda.

Conocido como “el médico de los pobres” y el “Siervo de Dios”, atendía gratuitamente a quienes no podían pagar una consulta y distribuía medicinas de su propio bolsillo. Tras su muerte en 1919, su fama de santidad creció de forma espontánea entre el pueblo venezolano. Incluso mucho antes de recibir reconocimiento oficial de la Iglesia. Su imagen aparece en hospitales, taxis, ventanas y altares improvisados en hogares de todo el país. Y acompaña a los venezolanos de la diáspora.

A lo largo de décadas, su figura ha sido invocada en crisis nacionales, epidemias y momentos de falta generalizada de recursos. Es un intercesor popular que une a creyentes y no creyentes.

Carmen Rendiles, nacida en 1903 en Caracas, fundó la Congregación Siervas de Jesús, dedicada a la educación y al acompañamiento espiritual. A diferencia de figuras públicas o carismáticas, Rendiles ejerció su liderazgo desde la discreción y la constancia silenciosa.

Fue maestra, guía espiritual y administradora de obras sociales sin protagonismo, pero con firmeza y alegría. Su vida inspira por lo que representa: la capacidad de convertir la fragilidad en fortaleza, la dificultad en testimonio.

La proclamación de ambos santos ocurre mientras Venezuela vive una de las peores crisis, con heridas políticas abiertas y una población golpeada por la pobreza, la crisis humanitaria y el desarraigo. S

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Más que un acontecimiento litúrgico, la canonización Hernández y Rendiles constituye una oportunidad para que la ciudadanía venezolana se reencuentre con ejemplos de humanidad y perseverancia..

Canonización sin presos políticos

En representación de Edmundo González y María Corina Machado, once venezolanos acuden a la misa en el Vaticano para acompañar la santificación de los dos beatos con el lema “canonización sin presos políticos”.

Carolina González, hija de Edmundo González; Ricardo Sosa Machado, hijo de María Corina Machado; Dinorah Figuera, presidente de la Asamblea Nacional 2015 legítima; Santiago Rocha, hijo del preso político Perkins Rocha; Nohelia Álvarez, hija del preso político Noel Álvarez; SairamRivas, ex presa política y directora del Comité por la Libertad de los Presos Políticos; Tamara Sujú, defensora de derechos humanos y directora de Casla Institute; Idania Chirinos, periodista y directora de contenidos del canal NNT24; Emilio Ascanio, general (r) y exdirector de la Academia Militar de Venezuela; Magalli Meda, jefe de campaña del Comando Con Vzla y que fue rehén en la embajada argentina en Caracas, y Pedro Urruchurtu, director de relaciones internacionales del Comando Con Vzla y también rehén en la embajada argentina en Caracas.

La delegación junto con miles de fieles católicos de todas partes del mundo que acompañan los actos de canonización de José Gregorio y Carmen Rendiles alzan la voz por los más de 800 presos políticos que mantiene el régimen de Nicolás Maduro en sus centros de encarcelamiento y tortura.

Más de 800 presos políticos, cientos de miles de perseguidos y exiliados, y millones sometidos a un dolor constante por un régimen cruel y sanguinario que desconoce la voluntad popular se lee en un documento con la firma por Edmundo González y María Corina Machado.

La canonización mientras se incrementa la persecución de la dictadura de Maduro, Diosdado Cabello, Padrino López y los hermanos Rodríguez Gómez. En Venezuela, en las últimas horas, han sido secuestradas 30 personasen los estados Lara, Anzoátegui, Guárico, Vargas, Sucre y Trujillo. Miembros de organizaciones políticas, líderes sociales y familiares de dirigentes son víctimas desaparición forzada, tratos crueles y diversas torturas.

Una oportunidad para la la libertad

El 7 de octubre, la Conferencia Episcopal Venezolana manifestó que la canonización de los dos beatos venezolanos representa “una ocasión propicia para que las autoridades del Estado dicten medidas que permitan recobrar la libertad a los encarcelados por razones políticas”. Pero el silencio y la inacción fue la respuesta del gobernante y su entorno.

La Iglesia Católica en Venezuela considera que “si el doctor Hernández y la madre Carmen Rendiles fueron artesanos de la paz y la esperanza, su canonización debe llevarnos a trabajar decididamente para que esa paz se haga presente en el corazón de todos los venezolanos promoviendo signos y actos de esperanza”.

El dictador se escuda en la paz

El usurpador del poder constitucional, en la madrugada del domingo 19 de octubre, se presentó subrepticiamente en la Casa Museo José Gregorio Hernández, en La Pastora de Caracas, donde lo esperaba un grupo de su equipo gobernante. Luego publicó en Telegram el mensaje que le confeccionaron: “

San José Gregorio Hernández y la Santa madre Carmen Rendiles. ¡Grandes los dos! ¡El papa Francisco hizo justicia! El pueblo venezolano siente una inmensa gratitud eterna, papa amigo y hermano. Esta hermosa celebración nos une aún más en la espiritualidad y la paz, llenándonos de una inmensa emoción. ¡Tomemos lo mejor de nuestros santos para convertirlo en valor nacional!”.

Un estilo muy distante al de sus intervenciones ordenando apresar a los opositores por miles y llamando bruja y sayona a María Corina Machado.

Orquesta Sinfónica Infantil de Venezuela

Un total 167 niños de la Orquesta Sinfónica Infantil de Venezuela participan en Roma en las actividades relacionada con la canonización. El sábado 18, por la mañana, tocaron en el monte Sacro y luego en la noche participaron en la vigilia de preparación para la canonización, junto a la Coral Nacional Simón Bolívar, que se celebró en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús. El domingo, a las 6:00 pm tocaron en la terraza del Pincio,

/ Mauricio Villarreal

Fiesta en Isnotú, Trujillo

Devotos venezolanos acudieron al Santuario Divino Niño de Isnotú para presenciar y celebrar la canonización de José Gregorio Hernández y de la madre Carmen Rendiles.

El presbítero Magdaleno Álvarez, rector del Santuario del Niño Jesús, aseguró que en el pueblo trujillano y el de toda Venezuela la devoción por José Gregorio Hernández es muy anterior al reconocimiento por el Vaticano. La diferencia es que ahora lo compartimos con la comunidad mundial, se expande por el mundo el buen ejemplo y la bondad de corazón del médico de los pobres y de la monja Carmen Rendiles.

La ceremonia en la Plaza de San Pedro en el Vaticano fue simple, per llenó de emoción y hasta lágrimas a los presentes. Como es tradicional, el prefecto del dicasterio para la Causa de todos los Santos leyó las biografías de los siete beatos y pidió que se inscribiesen sus nombres en el libro de los santos. Tras la fórmula en latín de la canonización leída por el papa se escuchó un fuerte y largo aplauso.

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