El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, utilizó su cuenta en X para enviar un mensaje directo al electorado hondureño. “¡Espero que el pueblo de Honduras vote por la libertad y la democracia, y elija a Tito Asfura como presidente!”, escribió. Con esta declaración, Trump se involucra de manera explícita en la campaña hondureña y enmarca la elección como parte de una amenaza regional que compromete la seguridad del hemisferio.
Trump afirma que “la democracia está en tela de juicio en las próximas elecciones en el hermoso país de Honduras el 30 de noviembre” y pregunta si Maduro y sus narcoterroristas tomarán el control de otro país como lo hicieron con Cuba, Nicaragua y Venezuela. Aclara que el candidato hondureño que defiende la democracia y lucha contra Maduro es Tito Asfura, candidato presidencial del Partido Nacional.
“Tito fue el exitoso alcalde de Tegucigalpa, donde llevó agua potable a millones de personas y pavimentó cientos de kilómetros de carreteras. Su principal oponente es Rixi Moncada, quien tiene a Fidel Castro como su ídolo, Fidel Castro. Normalmente, la gente inteligente de Honduras la rechazaría y elegiría a Tito Asfura, pero los comunistas intentan engañar al pueblo presentando a un tercer candidato, Salvador Nasralla, que no es amigo de la libertad”, añade.
Luego explica que Nasralla es casi comunista, que ayudó a Xiomara Castro presentándose como su vicepresidente. Ganó y ayudó a Castro a ganar. Luego renunció y ahora finge ser anticomunista solo para dividir el voto de Asfura.
“El pueblo de Honduras no debe ser engañado otra vez. El único verdadero amigo de la libertad en Honduras es Tito Asfura. Tito y yo podemos trabajar juntos para combatir a los narcocomunistas y brindar la ayuda necesaria al pueblo hondureño. No puedo colaborar con Moncada y los comunistas, y Nasralla no es un aliado confiable para la libertad, y no se puede confiar en él”, subrayó.
Finalizó con un llamamiento; “¡Espero que el pueblo de Honduras vote por la libertad y la democracia, y elija a Tito Asfura como presidente!”.
En la contienda presidencial hondureña figuran dos candidatos señalados com representantes de proyectos comunistas. La primera es Rixi Moncada, abogada y dirigente vinculada a Manuel Zelaya y a la actual mandataria Xiomara Castro. Moncada ha ocupado cargos en el Consejo Nacional Electoral y en otras instituciones estatales, y su candidatura se interpreta como la continuidad del proyecto de Libre. Su discurso mantiene una línea de confrontación con Estados Unidos y una afinidad con regímenes como los de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
El otro, Salvador Nasralla, comenzó su trayectoria como figura mediática en la televisión y que ha competido en varias elecciones presidenciales. En ocasiones se ha aliado con Libre, y en esta campaña se presenta como opositor a Asfura con propuestas de corte populista y críticas al sistema tradicional. Aunque él mismo se define como independiente, sus detractores lo ubican dentro del bloque de candidatos vinculados con el socialismo del siglo XXI.
Trump conecta la presencia de Moncada y Nasralla con un entramado regional que amenaza la libertad en el continente. En ese eje se incluyen Nicolás Maduro en Venezuela, señalado como el jefe del Cartel de los Soles -Estados Unidos ofrece por su captura una recompensa de 50 millones de dólares-; Gustavo Petro en Colombia, acusado de debilitar la cooperación en seguridad y de facilitar el narcotráfico; Lula da Silva, en Brasil, que ha reforzado alianzas con gobiernos socialistas y se ha propuesto como mediador de Maduro; la presidente de México, Claudia Sheinbaum Pardo, heredera del proyecto de López Obrador; y Daniel Ortega en Nicaragua, que mantiene un régimen autoritario con vínculos estrechos con Caracas y La Habana.
La advertencia de Trump dibuja un mapa de riesgos hemisféricos. El triunfo de un comunista reforzaría la expansión de ese bloque y pondría en peligro la democracia y l libertad en el hemisferio.En este tablero, Honduras aparece como pieza estratégica: su elección presidencial se convierte en un punto de inflexión dentro de la disputa por el rumbo político del continente.


