Aranza de los Ángeles Hernández Castillo, de 19 años de edad, y Samantha Hernández, de 16 años, son hermanas del primer teniente Christian Hernández Castillo, acusado por el gobierno de Maduro de traición a la patria, y sobrinas de Henry Castillo, que se encuentra en situación de desaparición forzada desde el pasado 24 de enero.
La organización defensora de derechos humanos Un Mundo Sin Mordaza denunció la detención arbitraria de Aranza de los Ángeles Hernández Castillo, de 19 años de edad, presuntamente por cuerpos de seguridad del Estado venezolano. Dos días antes, funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) se llevaron detenida a Samantha Hernández Castillo, su hermana de 16 años de edad.
Las dos son hermanas del primer teniente Christian Hernández Castillo, quien se encuentra en el exilio. El régimen de Nicolás Maduro lo acusa de traición a la patria.
Asimismo, son sobrinas de Henry Castillo, desaparecido desde el 24 de enero. El caso ha sido documentado por el Instituto Casla y presentado ante instancias internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Penal Internacional.
Un Mundo Sin Mordaza manifestó que se trata de una práctica sistemática de persecución familiar por parte de los cuerpos de seguridad del régimen.
“Estas detenciones forman parte de un patrón creciente de persecución contra familiares de perseguidos políticos, una práctica conocida como Sippenhaft, históricamente utilizada por regímenes autoritarios para castigar a inocentes con el fin de intimidar, presionar o silenciar a otros”, explicó.
La ONG exige “la liberación inmediata de Aranza y Samantha Hernández Castillo y garantías plenas para su integridad. Advierte que la persecución a las familias es un crimen, no un método de control. “Exigimos el cese inmediato de estas prácticas y el respeto irrestricto a los derechos humanos”, asentó.
La activista Tamara Suju, directora del Instituto Casla, también denunció los hechos como un “patrón sistemático de secuestrar y judicializar a los familiares” y lo comparó con métodos utilizados por el régimen nazi. “Esto incluye abuelos, padres, hijos, sobrinos… y se está multiplicando en Venezuela”, advirtió.
Organizaciones de derechos humanos han alertado sobre el uso de detenciones arbitrarias como herramienta de presión política en Venezuela contra disidentes y sus allegados. La comunidad internacional ha sido llamada a fijar posición sobre estos hechos, que podrían constituir crímenes de lesa humanidad.


