Las razones estratégicas de Estados Unidos para la acción

Las razones estratégicas de Estados Unidos para la acción

De la gestión de Estados Unidos y las democracias del mundo dependerá que América Latina vuelve a ser un espacio de libertad y desarrollo

Antonio García Ezcurra

La seguridad hemisférica se ha reconfigurado. Hay razones prioritarias. El avance y consolidación de redes criminales del narcotráfico, el terrorismo, la trata de seres humanos, la migración masiva, el sicariato internacional, la financiación al terrorismo, alteración o desconocimiento de resultados electorales, desestabilización de naciones democráticas, penetración de células terroristas del Medio Oriente y operaciones transnacionales del lavado de activos, la penetración de potencias extra hemisféricas y la erosión de la gobernabilidad en América Latina. En este polvorín, Venezuela se ha convertido en el epicentro de una disputa geopolítica y su territorio sirve de plataforma a organizaciones ilícitas y actores estatales adversos a Occidente que genera una fuerte inestabilidad estructural.

Para Estados Unidos, el desmantelamiento de estas redes y el reemplazo de un régimen ilegítimo por un gobierno democráticamente electo no representa una política intervencionista, sino de reequilibrio estratégico en defensa de la seguridad regional, los derechos humanos y la soberanía democrática del hemisferio.

1. Seguridad hemisférica y amenaza transnacional

La crisis política interna venezolana ha devenido en un problema de seguridad internacional. La coexistencia entre el aparato estatal y grupos armados no estatales y para estatales —como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las FARC y células vinculadas a Hezbolá—constituyen una estructura híbrida de poder que combina economía criminal, control territorial y protección oficial.

Estas dinámicas vulneran los principios del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y los objetivos del Sistema Interamericano de Seguridad. [1]

Desde la perspectiva de Washington, la presencia de estas redes no solo amenaza las naciones vecinas, sino también a la seguridad nacional de los Estados Unidos. Facilitan rutas de narcotráfico, contrabando de oro y lavado financiero con alcance global.

La estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos considera que las organizaciones criminales transnacionales y los Estados colapsados o fallidos son amenazas directas a la estabilidad hemisférica. [2]

La doctrina contemporánea estadounidense supone que el vacío de poder en un Estado fallido será ocupado por actores hostiles. Desde esta lógica, Venezuela constituye un nodo crítico de inestabilidad. Su neutralización es indispensable para preservar el orden hemisférico.

Caribe

2. Legitimidad política y principios del derecho internacional

La ilegitimidad del régimen venezolano ha sido reconocida en resoluciones de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea y múltiples informes de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Los crímenes de lesa humanidad documentados por la Misión Internacional de Determinación de los Hechos [3] legitiman, en términos de derecho internacional, la invocación de la Responsabilidad de Proteger (R2P).

Si el gobierno legítimo electo el 28 de julio de 2024 solicita apoyo internacional ante la usurpación de poder y la amenaza armada de fuerzas irregulares, la acción colectiva estaría amparada por el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, que reconoce el derecho a la legítima defensa individual o colectiva. [4]

Tal acción no equivaldría a una invasión, sino a una operación de restauración del orden constitucional, comparable a precedentes como Kosovo (1999) o Libia (2011), donde se actuó al margen del veto del Consejo de Seguridad bajo el principio de necesidad humanitaria.

caribe

3. Intereses energéticos y económicos

La restauración democrática venezolana representa una oportunidad decisiva para el reposicionamiento energético de Occidente. Con las mayores reservas probadas de petróleo del planeta, vastos recursos minerales y un potencial agrícola inexplorado, Venezuela puede ser clave para reducir la dependencia occidental del Golfo Pérsico y contener la expansión de China en la región. [5]

Durante la última década y aprovechando el aislamiento internacional del régimen, China, Rusia e Irán han consolidado la presencia económica, tecnológica y militar en Venezuela. El levantamiento de la producción petrolera y gasífera bajo un gobierno legítimo abriría el camino a una avalancha de inversiones que diversificaría los socios estratégicos del país y rompería la dependencia en alianzas opacas y asimétricas.

La reconstrucción de Venezuela funcionaría, además, como catalizador del crecimiento regional y como “caballo de Troya” económico que desplace la influencia de potencias no democráticas en Sudamérica.

Hermisferio

4. La nueva doctrina hemisférica: de la doctrina Monroe a la contención multipolar

El retorno de Estados Unidos al espacio latinoamericano debe entenderse dentro de una doctrina de contención multipolar más que de hegemonía unilateral. Mientras la Doctrina Monroe (1823) afirmaba “América para los americanos”, la actual política exterior pretende garantizar América para las democracias americanas que defienden un orden basado en normas y soberanía legítima.

La presencia de una poderosa fuerza de tarea aeronaval, ahora configurada con mayores capacidades y proyección, con la incorporación del grupo de ataque de portaaviones Gerald Ford, constituye una considerable fuerza de disuasión en el Caribe, que tendría un propósito abiertamente vinculado al interés prioritario que EEU U han puesto en la región. Washington eleva considerablemente su política de Estado hacia Latinoamérica y reafirmando que el hemisferio occidental es un espacio de responsabilidad compartida entre aliados democráticos.

En este sentido, la “doctrina Trump” o la proyección republicana de poder duro podría representar la fase más visible de un reacomodo estructural de liderazgo estadounidense, más cercano al “realismo ofensivo” que al intervencionismo clásico. [6]

Caribe

Reinstalar la cooperación hemisférica

El objetivo no sería solo derrocar a un régimen, sino reinstalar un orden de cooperación hemisférica bajo liderazgo occidental. Estados Unidos tiene razones de peso —estratégicas, morales, económicas y de seguridad— para actuar en el caso venezolano.

Una combinación de amenazas transnacionales, violaciones sistemáticas de derechos humanos, colapso institucional e injerencia de potencias hostiles a Occidente constituye un escenario que justifica el apoyo activo a la restauración democrática.

La instalación del gobierno legítimamente electo en 2024 no sería solo la corrección de una anomalía política, sino la reconfiguración del equilibrio hemisférico. Venezuela podría convertirse en el nuevo pilar energético, diplomático y moral de América Latina, y en el aliado natural de Estados Unidos para la reconstrucción del orden regional.

De la gestión de Estados Unidos y las democracias del mundo dependerá que América Latina vuelve a ser un espacio de libertad y desarrollo o si se consolida como un tablero de disputa permanente entre democracias agotadas y autocracias emergentes.


Antonio García Ezcurra, abogado y analista de asuntos geopolíticos.

Referencias bibliográficas

  • [1] Organización de los Estados Americanos. Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), 1947.
  • [2] The White House. National Security Strategy of the United States of America, October 2022.
  • [3] United Nations Human Rights Council. Report of the Independent International Fact-Finding Mission on Venezuela, 2023.
  • [4] Naciones Unidas. Carta de las Naciones Unidas, Artículo 51. BP Statistical Review of World Energy, 2023.
  • [5] BP Statistical Revise of World Energy, 2023.
  • [6] Mearsheimer, John J. The Tragedy of Great Power Politics, Updated Edition, W.W. Norton, 2014.
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