Venezuela, de caso diplomático a campo de pruebas

Venezuela, de caso diplomático a campo de pruebas

Antonio de la Cruz / Morfema Press

Hay renuncias que no se explican por protocolo, sino por principios. La salida repentina del almirante Alvin Holsey —jefe del Comando Sur de Estados Unidos— no es una mudanza tranquila al retiro. Es una separación consciente de una guerra que deja de ser encubierta para convertirse en doctrina.

Holsey representaba la vieja guardia del Pentágono: el arte de contener, disuadir y esperar. Pero la Casa Blanca ya no está en modo contención. Está en modo expulsión.

El relevo de facto no está en el comunicado oficial, sino en la lógica operativa. El hombre que ahora marca el rumbo no es Holsey: es el general John Daniel “Raizin” Caine, el piloto de F-16 convertido en arquitecto de guerras relámpago. Fue Caine quien diseñó el plan contra el Cartel de los Soles como si se tratara de una célula de Estado Islámico, con cronograma de eliminación, no de negociación. Y es Caine quien lo está ejecutando, línea a línea, misil a misil.

Venezuela dejó de ser un caso diplomático. Hoy es un campo de pruebas.

Lo que se está ensayando en el Caribe no es solo una operación antidroga. Es la primera gran demostración pública de una nueva doctrina del Departamento de Guerra: la guerra quirúrgica sin permiso del mundo.

  • Nada de resoluciones de la ONU.
  • Nada de coaliciones de “voluntarios.”
  • Nada de reconstrucciones posteriores.

El mensaje es otro: “Si eres una amenaza híbrida, no serás sancionado — serás eliminado.”

Maduro y su círculo lo entienden a medias porque aún creen que Washington está jugando ajedrez. No ven que el tablero ya no es de casillas blancas y negras. Es de coordenadas térmicas.

Holsey se bajó antes del despeje

Mientras algunos analistas hablan de “inestabilidad en la cadena de mando”, el verdadero mensaje interno es otro: se acabó el derecho al disenso operativo.

Holsey no fue expulsado por incompetente. Fue apartado por prudente.

Su renuncia es la última advertencia diplomática que recibirá la Fuerza Armada venezolana:

– el freno institucional dentro del Pentágono ha desaparecido — y lo que viene ya no será gradual.

Si Caracas aún cree que esto es un juego, debería mirar la historia militar reciente:

A Saddam Hussein le dieron ultimátum.
A Gadafi le dieron discursos.
A Bin Laden lo buscaron durante una década.

A Maduro le están diciendo algo distinto:
“No estás en una guerra declarada. Estás en una cacería autorizada.”

Conclusión

La pregunta ya no es si Estados Unidos actuará. Es cuántos en Venezuela querrán estar dentro del perímetro cuando lo haga.

Holsey entregó el último aviso. Caine ya tiene la mano en el interruptor.

¿Quién entiende mejor el lenguaje del tiempo?
¿El que se retiró antes del primer impacto… o el que decidió quedarse al mando del fuego?

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